A lo largo del tiempo hemos aprendido los conceptos primordiales de las 3R´s. Reciclar, Reducir y Reusar. Sabemos que el término reciclar refiere a la acción de tratar con los desechos para que, a partir de eso, creemos nuevos productos. Reducir entonces se refiere a valorar una disminución de los productos que utilizamos (usar los recursos de forma moderada y sin exageraciones), mientras que Reusar significa darle una segunda oportunidad (o más) a un producto, evitando la creación masiva del mismo producto.

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Cada uno de los conceptos engloba acciones importantes que ayudan a crear un ambiente sostenible y por consecuente al cuidado del planeta. Sin embargo, hay uno de ellos al que le hemos restado importancia cuando realmente es el que deberíamos de considerar más a menudo. ¿Cuál es? Reducir.

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Ya sabemos este término indica un consumo moderado en base a necesidades reales. Pero ¿por qué es tan importante? Sin duda porque es lo que mantendría gran parte de los problemas ambientales a raya.

Digamos que reusar y reciclar se basan en la consecuencia de un alto consumo en productos. Sí realmente aprovecháramos los recursos que tenemos para lo que necesitamos como tal, sólo para eso, estas “2R´s” no serían tan importantes.

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Esto no les resta importancia a los otros dos conceptos, para nada. Simplemente las ventajas que ofrece el reducir son más grandes y benéficas.

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Sí ponemos las cosas en contexto, realmente de lo que se genera no todo se puede reciclar. Y en cuanto a reusar, aún nos hacen falta muchos buenos hábitos que implementar.

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¿Cómo podemos reducir?

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• Comprando lo necesario.

• Dar prioridad a la compra de los productos que han sido elaborados geográficamente más cerca a nosotros.

• Sustituir el uso de plásticos (cómo bolsas o botellas) por productos hechos de materiales reutilizables.

 

Sí reducimos, reciclar y reutilizar quedarán en un segundo plano. De esta forma, podremos contribuir aún más al cuidado de nuestro medio ambiente.